Si estás considerando comprar un nuevo coche y te preocupa la posibilidad de que se cale con frecuencia, es importante conocer las diferencias entre los motores diesel y gasolina en este aspecto.
Algunos conductores afirman que los coches a gasolina son mucho más progresivos y no se calan con tanta facilidad como los diésel, lo que los hace más cómodos de conducir en ciertas situaciones. Además, también se destaca que cuidan mucho más el medioambiente que estos últimos.
En este artículo vamos a realizar una comparativa detallada del calado entre los dos tipos de combustibles, para que puedas tomar una decisión informada al elegir tu próximo vehículo.
¿Se cala más diesel o gasolina? Comparativa de calado entre combustibles
¿Qué significa que un coche se “cala”?
Antes de comparar el calado entre coches diesel y gasolina, es importante comprender qué significa que un coche se “cala”. Cuando un vehículo se cala, significa que el motor se apaga inesperadamente, generalmente debido a una falta de potencia en el motor o a un embrague mal ajustado. Esto puede ocurrir al arrancar desde parado, al cambiar de marcha o al ralentí. El calado puede ser más común en conductores principiantes o en vehículos con cierta antigüedad, pero también puede depender del tipo de combustible que utilice el coche.
¿Qué factores influyen en el calado de un coche?
Existen varios factores que pueden influir en la frecuencia con la que un coche se cala, independientemente del tipo de combustible que utilice. Algunos de estos factores incluyen la potencia y el par motor del vehículo, el tipo de transmisión (manual o automática), el estado del embrague, el estilo de conducción del conductor y la calidad del combustible utilizado. También es importante tener en cuenta el mantenimiento adecuado del vehículo, ya que un embrague desgastado o un motor mal ajustado pueden aumentar la probabilidad de calado.
Comparativa de calado entre coches diesel y gasolina
La diferencia en el calado entre coches diesel y gasolina puede estar influenciada por las características específicas de cada tipo de motor y combustible. A continuación, analizaremos varios aspectos que pueden afectar la frecuencia de calado en ambos tipos de vehículos.
Par motor y respuesta del acelerador
Los motores diesel tienden a tener un mayor par motor a bajas revoluciones en comparación con los motores de gasolina. Esto significa que los coches diesel pueden tener una respuesta más brusca al acelerador al arrancar desde parado, lo que podría aumentar ligeramente la probabilidad de calado en comparación con los coches de gasolina. Sin embargo, los avances en la tecnología de control del motor y el embrague han reducido significativamente esta diferencia en los modelos más modernos.
Sistema de inyección y control del motor
El sistema de inyección de combustible y el control del motor también pueden influir en el calado de un coche. Los motores diesel suelen utilizar un sistema de inyección directa, que puede proporcionar una mayor eficiencia en el consumo de combustible, pero también puede requerir un ajuste más preciso para evitar el calado. Por otro lado, los motores de gasolina suelen utilizar inyección indirecta o inyección directa estratificada, que puede ofrecer una respuesta más suave al acelerador y reducir la probabilidad de calado en comparación con los motores diesel.
Embrague y caja de cambios
El tipo de embrague y caja de cambios utilizados en un coche también pueden influir en la frecuencia de calado. Algunos coches diesel pueden tener embragues más pesados o cajas de cambios con relaciones de transmisión diferentes, lo que podría afectar la forma en que el coche se comporta al arrancar o al cambiar de marcha. Sin embargo, la calidad y el mantenimiento adecuado del embrague y la caja de cambios son factores fundamentales que pueden reducir la probabilidad de calado, independientemente del tipo de combustible utilizado.
Estilo de conducción y adaptación del conductor
Finalmente, el estilo de conducción y la adaptación del conductor al tipo de vehículo que conduce también pueden influir en la frecuencia de calado. Los conductores que pasan de un coche de gasolina a un coche diesel, o viceversa, pueden requerir un período de adaptación para familiarizarse con las características específicas de cada tipo de motor y combustible. La forma en que se dosifica el acelerador, se cambia de marcha y se utiliza el embrague puede variar ligeramente entre coches diesel y gasolina, por lo que la adaptación del conductor es un factor clave para minimizar el calado.
Conclusiones
En general, la diferencia en la frecuencia de calado entre coches diesel y gasolina ha disminuido significativamente con los avances en la tecnología de control del motor, transmisión y embrague. Si bien los coches diesel pueden haber tenido una reputación de ser más propensos al calado en el pasado, en la actualidad, la elección entre diesel y gasolina en términos de calado puede depender más de las preferencias individuales del conductor, el estilo de conducción y las características específicas de cada modelo de coche.